La transformación digital es una realidad imparable fruto del gran cambio que se ha producido en la sociedad en los últimos años gracias a las nuevas tecnologías. Cada vez más las empresas, organismos y directamente nosotros mismos nos relacionamos a través de los medios digitales. Pero, ¿hasta qué punto existe esta transformación digital en el mundo educativo?

El nivel de digitalización del que hablamos no es el mismo en todos los sectores, según el último estudio realizado por la Fundación Telefónica. Sólo el 23% de las escuelas españolas utilizan las tecnologías fuera y dentro del aula y un escaso 20%  de los centros educativos considera la unión entre educación y tecnología un factor estratégico. El miedo al cambio y  la limitada dotación de material tecnológico en los centros son las principales causas de esta brecha entre lo que se enseña en las aulas y el mundo laboral al que nos enfrentamos después.

A pesar de que el uso de smartphones, tablets u otros dispositivos está extendido tanto en niños como en jóvenes fuera de las aulas, dentro de ellas solo un 22% de los estudiantes afirman poder usar la tecnología siempre que la necesiten. El uso de ésta en el entorno académico no solo potencia la flexibilidad y capacidad de adaptación de los estudiantes, sino que con ello los profesores pueden hacer su trabajo mucho más atractivo, dinámico e interactivo.  

Pero, ¿qué necesitamos para poder lograr esta transformación? La respuesta es clara: facilitar a los profesores la transición hacia una educación más tecnológica proporcionándoles los medios y soportes adecuados (pizarras interactivas, aulas virtuales, dispositivos, robótica) que les permitan adaptarse a la era digital.

A pesar de todo, el futuro es más esperanzador ya que poco a poco se van obteniendo logros y avances en la incorporación de las tecnologías, puesto que el 83% de los claustros de profesores son partidarios de su introducción.